La última semana de Julio suelo cumplir años y también es mi santo, y quieras que no en esas fechas siempre echas la vista atrás, es como el dia de Nochevieja, haces un poco de balance del tiempo vivido.
Con las 36 castañas que me han caído debo de estar más o menos en el ecuador de mi vida.
No tengo grandes planes para el futuro, tan sólo me voy dejando sorprender por los acontecimientos que me depara la vida... Pero sÍ tengo una larga lista de cosas que hacer y me encanta ir tachando, Y añadiendo otras nuevas.
He pasado épocas en las que calculaba céntimo por céntimo al hacer la compra para no pasarme de lo que llevaba en el bolsillo, y otras en que iba a las mejores boutiques sin mirar ni siquiera la etiqueta del precio.
Me he alojado en los mejores hoteles del mundo, y también he pasado horas al sol recogiendo fruta, quitando hierbas, transportando piedras o mezclando cemento.
A día de hoy creo que podría morirme tranquila, pues he vivido más que muchos en toda una vida: he viajado, he llorado, he amado... He perdido seres queridos y me han hecho daño. He reído hasta la saciedad y sigo haciéndolo... hasta de mi misma cada vez que tengo ocasión.
Ha habido veces que en mi cumpleaños me han regalado hermosas joyas, y otros que he recibido SÓLO una muñeca, de quien menos lo esperaba, y sin embargo ese momento no lo cambiaría por nada.
Mucha gente me ha decepcionado, y seguro que yo también lo habré hecho aunque haya sido sin querer… Pero la vida me ha dado el DON de ver lo bueno en cada cosa, en cada momento y cada persona, y siempre lo encuentro. Si tuviera que volver a vivir, elegiría que todo sea tal y como ha sido
De nada me arrepiento, ni siquiera de aquellas cosas de las que no estoy orgullosa.
Cada año que pasa lo vivo más intensamente y no menos, y así hasta que me llegue la hora
Y sea cuando sea me podré morir tranquila…
